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Melancolía en los textos de Andrzej Stasiuk


No puedo deshacerme de la impresión de que nadie transmite la melancolía tan bien como lo hacen los autores polacos y rusos. El libro de Andrzej Stasiuk publicado por la editorial Acantilado, “Una vaga sensación de perdida”, me parece eso: pura melancolía.



El libro está compuesto por cuatro historias, cuatro homenajes a las personas cercanas al autor, cuatro personas que ya no están. Lo que a primera vista puede parecer una escritura sencilla, es en realidad narración lírica muy íntima. La memoria sobre los muertos se mezcla con las memorias de los momentos pasados junto a ellos, pero también en dos casos con la memoria de la infancia y juventud en Polonia de los años 1960-1980. El lector se embarca en un viaje sentimental al pasado, visitando cuatro lugares muy distintos en el universo personal del autor.

La abuela y los espírítus” nos lleva a Podlasie de la infancia de Stasiuk, a la vida de su abuela en el campo, cerca de la naturaleza, pero también cerca de las creencias que hoy en día parecen estar desapareciendo. “Pronto morirán las últimas abuelas que vieron con sus propios ojos el mundo de los espíritus” reflexiona el autor describiendo a su abuela que en cierto modo convivía con la muerte y las ausencias físicas, pero no siempre espirituales de la gente de su entorno. Pero no es solo el reconocimiento de este cambio en la sociedad, sino también un homenaje a la que le enseñó la importancia de contar historias, la que le presentó la importancia del simbolismo de los relatos.

Augustyn” en cambio nos enseña a Stasiuk adulto enfrentándose a la muerte de un conocido suyo, otro escritor. Es un texto lleno de tristeza inspirado por la lenta despedida con un autor descubierto por Stasiuk en un concurso literario, Augustyn Baran. Aparte de la sensación de pérdida destaca el convencimiento de la importancia de morir en casa, o cerca de casa y no en un hospital. Estar cerca de nuestra vida y no en una institución que a veces no puede hacer nada por nosotros es lo que con claridad destaca aquí el autor.

La perra” nos cuenta el declive de una perra doméstica. Lenta agonía, imposibilidad de tomar la decisión sobre eutanasiar a un ser que ha vivido con nosotros tantos años, tantos momentos. La honestidad de sentirse a veces irritado por el animal que apenas se arrastra, que no controla ya su vejiga, que huele mal, pero también la ternura por una compañera que se está apagando y no hay nada que pueda alargar su vida.

El último texto, “Grochow, es el más largo del libro y en la versión original en polaco es el relato que también da título a todo el libro. Dedicado “a Olek”, un amigo de la adolescencia con el cuál Stasiuk creció en Grochow, un barrio proletario de la periferia de Varsovia. La nostalgia por el pasado, por los viajes hechos juntos, por los sueños de la adolescencia está mezclada con el sentido de pérdida, de imposibilidad de volver atrás.

Es un libro que conmociona, que nos deja suspirando sin saber el por qué, que transmite muy bien esa “vaga sensación de perdida”, ese vacío. Es un libro sobre la muerte, pero también sobre la memoria. Corto, pero intenso. Lo recomiendo mucho.

Comentarios

  1. Hola, no conocía el libro pero me parece bastante interesante, lo tomaré en cuenta como futura lectura, saludos desde kiwybooks!

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  2. Me parecen muy interesantes y la melancolía a veces merece la pena.
    Gracias un abrazo fuerte

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