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Ricardo Blanco, un detective canario y una serie de 12 libros

La semana pasada José Luis Correa presentaba en Donostia su última novela, Para morir en la orilla, la duodécima historia sobre el detective privado, Ricardo Blanco, la serie que inició en 2003 con la novela Quince días de noviembre. Todos los libros protagonizados por el detective Ricardo Blanco están editados en la colección Novela Negra de la editorial Alba. Y además la obra de José Luis ha sido traducida a alemán, finlandés e italiano, definitivamente una distinción teniendo en cuenta el alto nivel de novela negra que proviene de estos países.



En Quince días de noviembre Ricardo Blanco tiene 44 años. Vive en Las Palmas de Gran Canaria y regenta su propio negocio, una agencia de detectives. El caso que le llega le llevará a fiestas de ricos,  cruceros y a acercarse a su clienta un poco más de lo recomendable. Una estructura clásica de una novela de detectives nos hace sentirnos cómodos leyéndolo. Las referencias literarias y cinematográficas sin duda satisfarán a los lectores habituales de este género. Pero lo que más me gustó es que ya en esta primera novela no falta el elemento de denuncia social, una crítica fuerte de... no os puedo adelantar de qué ya que forma parte de los descubrimientos que hace Ricardo en su investigación. Lo tendréis que leer vosotros.


En Para morir en la orilla nos encontramos con Ricardo Blanco más maduro, ya con mucha experiencia y recorrido profesional, en una relación estable. El elemento de denuncia social es mucho más visible que en el primer libro de la serie y desde las primeras páginas queda claro que el libro nos hablará de la precaria situación de los migrantes, de la trata de gente y de la prostitución. Hay frases que una quiere subrayar y compartir, las verdades que duelen.

La sensación de los lugareños de que se privilegiaba a los inmigrantes en su propio prejuicio. De que les robaban el trabajo y el pan de sus hijos. ¿De dónde, sí no, creía mi farmacéutica que habían brotado esos nuevos partidos popularechos en todo el mundo? Del discurso más obvio y amenazador: fuera los extranjeros; esta tierra es nuestra; los negros vienen a robar y a violar a nuestras mujeres; en menos de cincuenta años, si alguien no lo remedia, Europa será musulmana.

La novela empieza con Ricardo encontrando dos cadáveres en la orilla, cerca de un grupo de migrantes naufragados. Pero los cuerpos están secos. No podían pertenecer a este grupo. En su intento de resolver este misterio Ricardo arriesgará no solo su propia vida sino que también la de sus seres queridos. El drama de los muertos en todo momento se mezclará con el de los vivos. Una lectura rápida, pero a la vez muy estimulante. 


La charla con José Luis y los dos libros suyos que leí me resultaron tan interesante que le pedí una pequeña entrevista. Aquí tenéis el resultado:

- En tus novelas hay muchas referencias a otros libros y películas. Por ejemplo, en Quince días de noviembre se menciona al detective Maigret creado por Georges Simenon o a Humphrey Bogart. ¿Cuáles han sido tus referentes al crear el personaje de Ricardo Blanco?

JLC: Creo que Ricardo ha evolucionado tanto en estos veinte años que, en efecto, podemos hablar de más de un referente. En su origen, mi idea era hacer un homenaje a la novela clásica americana con sus tópicos y sus clichés, al cine que veía de chiquillo. Entonces podía considerarse una suerte de Sam Spade o Phillip Marlowe isleño. Con el tiempo, comprendí que el personaje (y los lectores) merecía otro tratamiento y quise en cierto modo humanizarlo o realizarlo (hacerlo más real). Quise despojarlo del cinismo, del fatalismo, del tufo machista que desprendían esos clichés. Ahora, sobre todo, es más genuino. No pretende ser original, pero sí tiene rasgos propios que el lector reconoce.

- El Ricardo Blanco que vemos en el primer libro y el que encontramos en el último es y a la vez no es el mismo. Vemos claramente cambios en su vida, pero también las constantes. Ha sido un camino que tenías pensado desde el inicio o con cada libro te preguntas de nuevo ¿Y ahora qué? 

JLC: Jamás pensé que Ricardo durara tanto tiempo. Pero ahora he encontrado la medida de lo que quiero contar, gracias a él. He llegado a un pacto tácito con mis editoras, para quienes las novelas de Blanco conforman casi un género propio: yo escribo lo que necesito narrar en cada momento, me planteo las preguntas que quiero resolver y meto un muerto por el camino. Para mí lo de menos es la investigación del crimen. Lo importante está alrededor de esa investigación: la víctima, la miseria humana, la maldad.

- Gran Canaria, Las Palmas, son más que la ambientación de tus novelas, se puede decir que es otro personaje más. ¿Todos los sitios mencionados existen?  ¿Podríamos darnos un paseo por la isla siguiendo los pasos de Ricardo?

JLC: Por supuesto que existen y pueden rastrearse. Algunos lugares han desaparecido con los años, pero existieron. Yo no concibo a Ricardo sin la ciudad de Las Palmas, sin la isla de Gran Canaria. Siempre he creído que uno debe contar el mundo que conoce, una especie de trayecto desde la particularidad a la universalidad. ¿De qué voy a escribir? ¿De Manhattan? Para eso está Woody Allen. ¿De Dublín? Ahí esta Joyce. ¿De México? Nadie mejor que Rulfo o, ahora, Elmer Mendoza. Hay una estrecha relación entre artista y paisaje que nadie le escatima a pintoras, músicos, arquitectas. ¿Por qué no aceptarlo en un narrador o un poeta?

- No huyes de temas difíciles, actuales y en Para morir en la orilla hablas de las pateras que llegan a las costas canarias. Hablas de la tragedia de los refugiados, pero tampoco evitas mencionar el hastío o por lo menos cierta insensibilización a este sufrimiento de los lugareños. ¿Nos puedes hablar un poco más sobre la crisis migratoria y como la reflejas en esta historia?

JLC: Para mí es un asunto cardinal en la realidad canaria de los últimos años. Llevan llegando pateras y cayucos más de 40 años, pero ahora la situación se ha vuelto sobrecogedora. Cada vez hay más gente que busca salir de su miseria, del hambre, de la guerra. He leído en algún sitio que Canarias ha de acostumbrarse a recibir al año entre 25.000 y 30.000 inmigrantes africanos y hablamos de un espacio limitado. Tanto para el que llega como para el que los recibe la situación es dolorosa. No poder ayudar como es debido a tanto inmigrante es desolador, por no hablar de algunas ideologías (llámeseles partidos políticos) que ven al inmigrante como un delincuente, como un peligro.

- En realidad la novela denuncia más que la crisis migratoria, el tráfico de gente y la prostitución no son menos importante en la trama, ¿verdad?

JLC: Esa es la parte más cruel, más inhumana de la historia. Detrás del fenómeno de la inmigración, detrás del dolor y el sufrimiento de la gente hay un grupo que saca rédito, que se lucra, que abusa y pisotea a los seres humanos. La novela pretende, en cierta medida, denunciar a esos grupos, a esas mafias. Porque nos encontramos, entonces, con una doble injusticia: hombres, mujeres, niños que huyen de la miseria y de las dictaduras de sus países para caer en las redes de unos sátrapas peores que los que dejan atrás.

- A Ricardo le encanta la literatura. Pessoa, Borges, Cortázar, Eliot o Virginia Woolf aparecen con toda naturalidad en las páginas de tus novelas. ¿Son también tus referentes? ¿Tienes los mismos gustos literarios que Ricardo Blanco? 

JLC: Al final, nuestra relación resulta una simbiosis. Nos contagiamos nuestros miedos, nuestras ilusiones, nos hacemos las mismas preguntas y nos extrañan las mismas cosas. Para eso nada mejor que Ricardo lea a los mismos autores, oiga la misma música, le guste el mismo cine, fume los mismos puros o beba el mismo ron que yo. Es una cuestión práctica, claro, pero también filosófica. Al final él acaba de resolver los dilemas que a mí me angustian.

José Luis, muchísimas gracias por tu tiempo, por la maravillosa conversación que mantuvimos y más que nada por tus libros. ¡Espero coincidir contigo en otros eventos!


Espero haberos despertado algo de curiosidad por el detective Blanco y que os animéis a leer esta serie. ¡Contadme que os parece!

Comentarios

  1. ¡Hola!
    Me gusta el género, como fanática creo que esta serie me va encantar. Adoro las historias detectivescas, y creo que las podría disfrutar. ¡Muy buena y completa reseña!
    Saluditos

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  2. ¡Hola!
    Me gusta el género, como fanática creo que esta serie me va encantar. Adoro las historias detectivescas, y creo que las podría disfrutar. ¡Muy buena y completa reseña!
    Saluditos

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