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La crudeza del día a día en “Estamos a salvo” de Camila Fabbri

 A Camilla Fabbri la leí por primera vez el año pasado en la publicación de Granta: “Los mejores narradores jóvenes en Español”. 25 autoras y autores y entre ellos ella fue la única argentina. Ya entonces me llamó la atención, pero al leerla ahora de nuevo definitivamente no es un nombre que se puede olvidar.



El próximo 27 de abril su libro de relatos, “Estamos a salvo”, publicado por la editorial Temas de Hoy llegará a las librerías. Gracias a la editorial he podido leer el adelanto de dos de los catorce textos incluidos en el libro y escritos entre el 2017 y el 2021.


Lo que ambos textos comparten es una tensión casi palpable. En el día a día acecha un peligro constante de pérdida y desarraigo. A pesar de estar en casa, a pesar de estar con los suyos la falta de seguridad es desgarradora. El desastre inminente siempre parece un poco más probable que el éxito. En las escenas cotidianas descritas por la autora los silencios están cargados de significado. Las descripciones que parecen casi vacías de sentimientos en realidad esconden un estado de enajenación al estar expuesto durante mucho tiempo a una amenaza. Es un silencio antes de la tormenta, un estado de shock antes de verse obligado a actuar. Resulta muy refrescante presentar escenas cotidianas, que puede parecer que no tengan mayor importancia, de manera nada nostálgica, denunciando a través de vivencias individuales una situación común para toda una generación.


En el relato, “Buscando casa” vemos intercaladas escenas de la infancia y de la vida adulta de la narradora. Es un contraste entre las primeras decepciones y el desasosiego ya asentado. Estamos confrontados con generaciones enteras atrapadas en una vida gris. La falta de estabilidad económica en la vida de la madre (al no tener piso propio teme qué pasará si le rescinden el contrato de alquiler) pasa a la hija. “En mi familia, nadie es propietario.” La falta de perspectivas no quita que las últimas líneas del relato transmitan algo de esperanza:

Debería deshacerme a tiempo de estos peligros.

Esto también puede tener otra lectura.”

¿Sería la otra lectura su vida en general? Quizás todo pueda cambiar todavía.


En el siguiente texto, “Coches familiares” la narradora asiste como acompañante a una boda. Su propia relación está en un contraste fuerte con el acto de contraer matrimonio. El casi abandono por parte de su novio durante todo el evento, la falta de comprensión y de intereses en común llevan a una ruptura. Él quiere “una familia y que vos dejes de pensar”, ella prefiere subir al coche que “se dirige hacia la desintegración”. El mundo como lo ve ella no encaja con el de él, que también es el predominante. Los valores de ella pronto desaparecerán. 

Este camino hacia el derrumbe también está presente en una metáfora: la del pelo. Hace siglos desapareció el homo erectus cubierto de pelo, pero en las observaciones hechas por la narradora podemos intuir que ahora es la gente con poco pelo, pero con muchos sentimientos y cierta delicadeza en el contacto con los demás la que está en extinción. El pelo abundante y brillante va de la mano con una actitud segura, pero a la vez un tanto egoísta, poco atenta en las relaciones con los demás.


En resumen, los textos de Camila Fabbri evitan las descripciones demasiado floridas para reflejar la crudeza de la vida y mostrar sin tapujos la crueldad de nuestro día a día. Y aún así consiguen no quitarnos toda la esperanza, los finales nos permiten pensar que las cosas todavía pueden mejorar, que todavía se puede decidir algo sobre el futuro, que estamos a salvo.


Comentarios

  1. Hola! Diferente y atractiva me resulta tu propuesta lectora.
    Gracias por compartirlo.Abrazobuho 😊👍📚📚📚

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  2. Diferente y original me resulta esta propuesta lectora.
    No la vi por otros lados y eso siempre se agradece.
    Gracias por compartirlo.Abrazobuho

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