Nihilismo y la Soledad en "Tengo Derecho a Destruirme"

 

Hoy os traigo una novedad de diciembre de la editorial Malas Tierras, una novela contemporánea coreana. Es la segunda novela de Kim Young-Ha publicada en España, Tengo derecho a destruirme. En marzo os hable de su otra obra traducida al castellano, Quién sabe si mañana estaremos aquí (Temas de Hoy, 2019).

SINOPSIS

 Un narrador espectral y sin nombre acecha a las víctimas perdidas de Seúl, a las que sugiere el suicidio como único consuelo. Bajo las luces de neón de la ciudad, su historia se cruza con la de dos hermanos, C y K, enamorados de la misma mujer y en lucha por encontrarse en un mundo frenético y atomizado.

Con un estilo cercano a la ensoñación que contrasta con imágenes de potencia cinematográfica, Tengo derecho a destruirme, publicada en 1996, es una oscura parábola sobre la vida contemporánea oriental que anticipó la crisis económica y social que estalló un año después. Al igual que Ryū Murakami y Bret Easton Ellis, Kim Young-ha disecciona el desencanto de la juventud de su país y su manera de combatir el tedio existencial.

Coches que se lanzan a toda velocidad por la autopista, sexo desesperado, la internacionalización del mundo del arte y su creciente frivolidad se conjugan en este libro de culto de la literatura surcoreana reciente que marcó a toda una generación de jóvenes.

 

El autor empezó publicando relatos en 1979. Tengo derecho a destruirme es su primera novela publicada en coreano en 1996. Es un texto corto, de tan solo 122 páginas, pero muy intenso, con emociones fuertes y oscuras comprimidas en palabras escogidas con cuidado. En este libro no sobra nada, pero tampoco echaremos en falta que sea más largo. Tiene una extensión perfecta para transmitirnos todas las sensaciones necesarias para comprender esta historia.

En esta novela se mezcla el anhelo de la muerte con la pasión y la libido. Los personajes que conocemos parecen estar solos aun estando con gente, las relaciones son superficiales, siempre falla algo para sentir la verdadera conexión con los demás. El único que los comprende es el narrador anónimo, el mismo que les acerca a la muerte, a la idea de como abandonar el mundo. Es un libro muy melancólico que nos confronta con varias inquietudes y temores que reconoceremos, pero también nos sugiere qué la música, el arte, la literatura, nos puede ayudar a sortear estas experiencias algo confusas. “La muerte de Marat”, Chet Baker, “Extraños en el paraíso”, Nam June Paik, chupa chups y taxis bala, el nihilismo y el sentimentalismo y lo más destacado de la cultura popular se mezclan para recrear una soledad en medio de las ciudades modernas.

No sé si el estilo de Kim Young-Ha es representativo de la literatura surcoreana, pero yo no dudaré de empaparme con sus palabras otra vez. En sus libros me encontré con una oscuridad que todos llevamos dentro pero llevada al extremo, descrita en un estilo a la vez directo y melancólico. Una lectura perfecta para las tardes lluviosas de otoño.

¡Muchísimas gracias a la editorial Malas Tierras por haberme enviado el libro! No podría haberlo disfrutado más.