Otra perla de la literatura nórdica: "Una bruja"

El penúltimo episodio del podcast El refugio de papel se lo dedicamos a la literatura nórdica no policíaca (podéis escucharlo siguiendo este enlace: https://www.ivoox.com/episodio-26-literatura-nordica-no-policiaca-audios-mp3_rf_56720299_1.html ).

Y yo sigo sumergida en este tema. Gracias a Hermida Editores acabo de leer Una bruja de August Strindberg.

August Strindberg vivió a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Se inició en la literatura a los 20 años influenciado por la lectura de Ibsen y Kierkegaard. Estuvo casado tres veces, pero los tres enlaces fueron fallidos. Quizás por eso en “Una bruja” se ve el vació del matrimonio de la protagonista.

Esta novela corta (112 páginas) fue publicada en 1890 y está ambientada en el siglo XVII, justo cuando en Suecia se dejó de ejecutar a mujeres por brujería. Conocemos a Tekla desde su adolescencia hasta la madurez. Es una heroína que en cierto modo me recuerda a Madame Bovary. Decidida a tener la vida mejor que la que le ofrece el destino se empeña en escalar peldaños sociales. No habría en esto nada raro si no fuera por la época en la que vive. Uno nace y muere pobre, o nace y muere rico. El destino no es algo que se pueda cambiar.

Pero Tekla no se resigna y a pesar de su muy humilde situación familiar consigue convencer a sus padres de que la dejen vivir por encima de sus posibilidades. Por las tardes arregla sus simples y baratos vestidos para que parezcan los de la moda, los que llevan las aristócratas o mujeres de comerciantes ricos. Por las mañanas da paseo por la ciudad obsesionada con un joven que conoció durante su primera comunión. La determinación de Tekla es a la vez impresionante y demente. Por un lado no se da por vencida y con paciencia llega a tener lo que quiere. Parece que sabe hechizar a los demás para lograr sus metas, algo que sin duda podría ganarle la acusación de ser una bruja. Por otro lado su falta de sentimientos por los demás, su egoísmo y fijación en su estatus nos hacen pensar que tiene algo de psicópata, que no sabe lo que es la empatía y que no le importan los demás. Esa segunda parte de su personalidad la llevará a cometer un grave error, uno que pagará muy caro.

Strindberg nos presenta un personaje antipático, sin escrúpulos. La exagerada ambición lleva a Tekla al límite de lo aceptable, le hace sobrepasar las fronteras de lo que es correcto y aprobado. Nos enfrentamos a una mente atormentada que siempre anhela tener más. Es la historia de una mujer que siendo un hombre rico no tendría ningún problema causado por su comportamiento. ¿Inmoral? Si, pero ¿rechazado? No. Siendo una mujer de muy baja cuna será juzgada duramente por su conducta.

Un texto corto, pero intenso, con claros indicios de naturalismo. Las descripciones parecen tener una objetividad documental que nos impide encariñarnos demasiado con los personajes. Lo que leemos parece pura realidad y ratos nos incomoda. Muy recomendable para cualquier fan del realismo o los que están interesados en la literatura nórdica de inicios del siglo XX.