No
paro de traeros cosas poco típicas para mi. Y hoy es uno de esos
días, de hablar de algo, que nunca antes habíamos tocado por aquí:
literatura infantil. Mi experiencia con los libros para niños se
limita a dos situaciones:
- cuando yo era una niña y disfrutaba de esas historias
- usando algunas de ellas en mis clases de inglés con los alumnos más jóvenes.
Últimamente
he tenido más alumnos-niños que nunca y empecé a reflexionar sobre
el tema un poco más. Curiosamente, hay bastantes libros infantiles
que recuerdo de mi propia infancia. Por desgracia mis dos favoritos
no existen en castellano: “Samo sie” es una corta historia, para
leer de una sentada, por ejemplo antes de dormir.
Trata sobre una
niña que cada vez que hace algo malo, rompe algo o ignora las
instrucciones de sus padres, dice que “Se hizo solo” (un juego de
palabras que me resulta imposible reflejar bien en el castellano).
Los padres desesperados por enseñarle a la pequeña algo de
responsabilidad, empiezan a romper cosas a propósito diciendo lo
mismo que ella. La niña se asusta tanto, que deja los malos hábitos
y toma responsabilidad de sus actos. Ya se, suena fatal, muy serio y
muy aburrido, pero este juego de palabras me resultaba tan divertido
y los dibujos de los padres tirando platos o rompiendo cristales se
me quedaron para siempre en la cabeza.
El
segundo libro, no solo es más largo, si no que es una serie: The
Moomins es una preciosa familia de las criaturas que se parecen un
poco a hipopótamos antropomorfos. Las historias las pueden leer
tanto niños, como adultos y es uno de los libros que me acompañará
siempre.
Quizás
por esas reflexiones al ver que pude leer, gracias a la Edición
Anticipada, “El sueño de Magalí” de Marina Doña Pozo, con
ilustraciones de Patricia Urdiales Vázquez, no me lo pensé dos
veces.
El libro esta editado por Caligrama, el sello que pertenece al
grupo Penguin Random House. Igual que una de las historias de mi
infancia que os menciono, se puede leer de una sentada y también
tiene una moraleja. La historia es muy simple: se centra en una oruga
que sueña con volar, ridiculizada por un pájaro está a punto de
rendirse, pero animada por una abeja persiste en su sueño, se
convierte en una mariposa y hace un increíble viaje desde Canadá
hasta México donde tiene una hija. En el futuro la hija será quien
volverá a ver al pájaro y le dirá que fué de la pequeña oruga
soñadora. Es una historia de superación y del valor de los sueños.
El
libro está recomendado para los lectores a partir de 8 años, aunque
hay que decir que los más jóvenes acostumbrados a leer también
podrían disfrutar de él. A parte de la bonita historia con la
moraleja, al final hay unos pocos datos sobre la mariposa monarca y
sus rutas migratorias. Es una buena excusa para aprender algo
leyendo.
¿Que
libros de vuestra infancia os marcaron para siempre? ¿Hay algo que
pensáis que merece la pena leer ahora siendo ya adultos?
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