Lo
prometido es deuda: os dije que iba a poner aquí los puntos
principales de nuestro curso de introducción a la literatura rusa
organizado por la Librería ZUBIETA. Como ya comenté a algunos de
vosotros: el curso era de pago y por eso lo que colgaré aquí es
solo un pequeño resumen. Sería muy injusto compartir con vosotros
todo lo que comentamos con las personas que se apuntaron y asistieron
en persona. De todos modos con este resumen y varias lecturas
recomendadas os podreis poner al día ;)
“<<La
literatura rusa>> como noción, como idea inmediata, no suele
llegar más allá, en la mente de los que no son rusos, el
reconocimiento que Rusia dio a media docena de grandes maestros de la
prosa entre mediados del siglo XIX y la primera década del siglo XX
. La noción es mas amplia en la mente de los lectores rusos, porque
comprende, además de los novelistas, una serie de poetas
intraducibles; pero aun así la mente autoctóna sigue centrada en el
orbe resplandeciente del siglo XIX. Dicho en otras palabras , <<la
literatura rusa >> es un hecho reciente. Es además un metro
limitado, y la mente extranjera tiende a verlo como algo completo,
definitivamente concluido."
(V.
Nabokov, "Curso de Literatura Rusa")
Rusia
no irrumpe en el mapa de la literatura europea hasta el siglo
XIX, pero lo hace con una fuerza imposible de ignorar y
totalmente inesperada. Las obras de sus grandes escritores
(Pushkin, Dostoievski, Tolstoi) reflejan la complejidad de una
sociedad sometida al despótico y represor gobierno de los zares
y marcada por la miseria de sus campesinos, sometidos como
siervos a la nobleza.
La
literatura rusa escrita empezó a desarrollarse después de que el
país adoptara el cristianismo y el alfabeto cirílico. Los libros
fueron un medio de propagar la fe y servir en los oficios
religiosos. Los primeros libros que aparecieron en Rusia fueron
traducciones del griego.
Debajo
podeis ver una linea del tiempo de la literatura rusa que he creado
destacando los momentos más claves.
(podeis pinchar en los dos imagenes para verlos más grandes en la nueva ventana)
El
siglo XIX es considerado el Siglo de oro de la literatura rusa, ya
que tanto la poesía como la prosa consiguieron alcanzar la
excelencia durante este período. El periodo que corre de 1825 a
1904 tiene sus límites bien marcados. En 1825 aparece publicado el
primer capítulo de Eugenio
Oneguin, la novela en verso de
Alejandro Puschkin, quien transformó a la literatura rusa o, más
bien, el que la creó. Toda la narrativa anterior era deleznable. Y
esa Edad de Oro concluye en 1904, año en que muere Antón Chéjov.
En
el siglo XIX la corriente sentimentalista en la literatura
rusa desemboca en el romanticismo. El romanticismo afirma el culto
a la naturaleza, a los elementos y a la armonía entre estos y el
ser humano. Aparece el personaje del “noble salvaje”, armado
con una sabiduría natural y sin estar viciado por la civilización.
Se acentúa el interés hacia los motivos mitológicos y los
personajes legendarios y se canta a la libertad y al
individualismo. La poesía adquiere un nuevo valor, empieza a
considerarse un modo de expresar las aspiraciones ideales, las más
espirituales del ser humano.
En
Rusia el romanticismo se asocia, en primer lugar, con la poesía de
Vasili Zhukovski de la primera década del siglo XIX. Sus baladas
se basaban en traducciones o adaptaciones a la realidad rusa de
obras europeas.
El
poeta romántico más destacado del país fue Mijaíl Lérmontov
(1814-1841), a veces llamado “el Byron ruso”. Estuvo
considerado la figura más importante de la poesía rusa desde la
muerte en duelo de Alexandr Pushkin en 1837 hasta la suya propia,
cuatro años más tarde, también en un duelo. En sus poesías la
figura central es una “persona superflua”; el término denomina
a alguien que, a pesar de tener talento o capacidades destacadas,
no puede desarrollarlo y vive un destino trágico.
El
romanticismo ruso llegó a su culminación en 1840 en las obras de
otro poeta, Fiódor Tiútchev, en cuyos versos medita sobre el
universo, el destino humano y la naturaleza.
La
literatura rusa de la segunda mitad del siglo XIX es realista y a
menudo refleja las causas de las desgracias sociales y entra en el
mundo de unas clases nuevas y de personas que se encuentran en una
situación cambiante. Los autores rusos y convirtieron la vida
cotidiana y el individuo común, en el tema principal de su obra: es
la corriente denominada Realismo ruso.
El Realismo se extendió a las demás artes como, por ejemplo, a la pintura del artista realista ruso Ilya Repin. A pesar de sus diferencias, entre los autores más destacados del Realismo ruso se encuentran: Gogol, Dostoyevski, Tolstoi y Chejov.
El Realismo se extendió a las demás artes como, por ejemplo, a la pintura del artista realista ruso Ilya Repin. A pesar de sus diferencias, entre los autores más destacados del Realismo ruso se encuentran: Gogol, Dostoyevski, Tolstoi y Chejov.
Este
movimiento literario aparece en la segunda mitad del siglo XIX
como una superación del Romanticismo.
El Realismo es consecuencia de las circunstancias sociales de la época:
La consolidación de la burguesía como clase dominante
La industrialización
El crecimiento urbano
La aparición del proletariado.
El Realismo es consecuencia de las circunstancias sociales de la época:
La consolidación de la burguesía como clase dominante
La industrialización
El crecimiento urbano
La aparición del proletariado.
Describe
con detalle los paisajes naturales, los entornos urbanos,
las viviendas y sus decoraciones y los rasgos físicos de las
personas.
Esta abundancia de descripciones minuciosas proporciona un ritmo lento a la narración
Esta abundancia de descripciones minuciosas proporciona un ritmo lento a la narración
El
argumento resulta a veces anecdótico.
Se
muestra un sentimiento de piedad y compasión por las personas y
sus circunstancias vitales.
En
1830 y principalmente en 1840, en la literatura rusa se desarrolla
el Realismo crítico.
El Realismo crítico es una corriente que representa personajes humanos en sus vínculos con las circunstancias sociales y se centra en analizar el mundo interior del individuo.
Aparece entonces la figura de la “persona pequeña”, es decir, ordinaria e insignificante; se trata de un tipo de personaje de una posición social bastante baja, sin ninguna capacidad destacada ni fuerza de voluntad, que no hace nada malo a nadie, con sus historias dramáticas pero muy cotidianas.
Su objetivo principal es presentar "la verdad" de la vida.
El Realismo crítico es una corriente que representa personajes humanos en sus vínculos con las circunstancias sociales y se centra en analizar el mundo interior del individuo.
Aparece entonces la figura de la “persona pequeña”, es decir, ordinaria e insignificante; se trata de un tipo de personaje de una posición social bastante baja, sin ninguna capacidad destacada ni fuerza de voluntad, que no hace nada malo a nadie, con sus historias dramáticas pero muy cotidianas.
Su objetivo principal es presentar "la verdad" de la vida.
Varios
críticos denominan a este periodo Realismo sociológico ya que
los temas principales del escritor y dramaturgo son los problemas
y los cambios en la sociedad y el destino de los individuos en
ella.
Chejov
fue pionero en emplear el método del "fluir de la
conciencia".
El fluir de la conciencia es un monólogo interno del personaje que reproduce sus impresiones, asociaciones y pensamientos inmediatos en el momento del habla.
Posteriormente este método fue adoptado por los autores modernistas y por James Joyce en primer lugar.
El fluir de la conciencia es un monólogo interno del personaje que reproduce sus impresiones, asociaciones y pensamientos inmediatos en el momento del habla.
Posteriormente este método fue adoptado por los autores modernistas y por James Joyce en primer lugar.
En
nuestro curso nos fijamos en tres autores que partenecían al
realismo ruso, pero los tres muy distintos entre ellos: Nikolái
Gógol, Lev Tolstói y Antón Chejov.
En
la siguiente parte hablaremos de cada uno de esos autores y de las
obras que elegimos para analizar:
- Gógol, los cuentos: “La Nariz” y “El Capote”;
- Lev Tolstói, “Ana Karenina”:
- Antón Chejov, el cuento “La dama y el perrito”.
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